martes, 5 de agosto de 2014

EROS


¿Cómo escapar a la prisión del cuerpo sino a través del mismo cuerpo?
Escapar a su propia hipocresía y a la negación de la piel, pero no a la piel misma.
Romper el divorcio entre  el cuerpo y el espíritu. El mundo polariza, divide y reina, pero las dualidades suelen rendirse y fusionarse, la piel se impone y fluye el magma donde encandece la razón. Valores y principios se ausentan de la moral para ser lo que se quiere y transgredir lo que se debe.

 Si en el día somos lo que debemos y en la noche lo que queremos:

¿Por qué temer el aroma de azufre y negar la llegada de EROS?



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