“El talento es desaprovechado en lo que se
llama EL ARTE POR EL ARTE sometido al ego codicioso de los artistas que
sucumben a los placeres del mercado” - KANDINSKY.
Varias diferencias me surgieron a raíz de la
lectura de tres artículos publicados en la edición de Octubre a Noviembre de la
revista. El tema de los mismos son las ARTES PLÁSTICAS a propósito de las
FERIAS realizadas en BOGOTÀ y el salón de artistas en MEDELLÍN. En ellos
encuentro muy recurrente el interés y el enfoque mercantil al mejor estilo del
neo-liberalismo poniendo sobre el
escenario la producción, decoración y venta y haciendo casi un altar al mercado
(término que repiten 21 veces ).
En dichos artículos se reseñan las ferias
ARTBO, ODEÒN y DEL MILLÓN y ni siquiera mencionan LA NOCHE EN BLANCO que se realizó
alterna con aquellas y fue una propuesta innovadora sólo que su razón de ser no
fue la venta (¿tal vez a esto se debió su omisión?).
Se sabe que no hay efecto sin causa y en la
COLOMBIA contemporánea le ensamblaron al ARTE la competitividad a través del
sofisma de las industrias culturales. Así las cosas, un país en el que el
estado desde sus instituciones no lidera ni direcciona las artes y la cultura
sino las gerencia a través de las dinámicas del campeonato y el asistencialismo
promoviendo concursos que colocan a los artistas plásticos –para el caso la plástica- como a caballos de carreras en un partidor
desde donde no es segura la transparencia de quienes adjudican los premios:
además en el arte no hay ganadores ni perdedores, mejores ni peores; estos
términos le pertenecen a la industria y al comercio y de allí a las artes hay
un abismo.
En uno de los artículos citan palabras del
curador JOSÉ ROCA, según él para que exista un campo del arte sano (no sé si
haya arte “enfermo”) debe haber entre otras instancias “una gran cantidad de
creadores que estén produciendo”. Tal vez olvidan que el rol y la virtud del
creador es precisamente la creación: el gran logro del artista. La producción
le corresponde a los fabricantes en serie.
En otro de sus artículos proponen tristemente
analizar las repercusiones del modelo de salón en el arte colombiano a la luz
de los TLC y la GLOBALIZACIÓN (¡!). ¿Hasta dónde la obediencia? ¿Hasta dónde nos
lleva la sugestión mercantil para colocar el ARTE a los pies del becerro de
oro?.
Esto derivaría en un ARTE acrítico y
“seductor”, políticamente correcto y arrodillado. Una publicación cultural como
la de ustedes no podría convertirse en altavoz de políticas amordazantes o
frivolizantes para el ARTE y la CULTURA. Se sabe que ARTBO está gerenciada
–literalmente- por MARÍA PAZ GAVIRIA, directa heredera de las hazañas
neoliberales de su familia, portadora y predicadora de dicho credo y no sería
raro verla como ministra de cultura en un futuro cercano.